Las emociones son parte fundamental de nuestra vida, ya que nuestras acciones dependen de aquello que sentimos y las emociones nacen de acuerdo a lo que estamos pensando. Por lo tanto, primero pensamos, luego sentimos y finalmente actuamos. Para los adultos es difícil en ocasiones reconocer y controlar las emociones y para un niño puede ser incluso más confuso. En consulta generalmente explico a los padres que son ellos los maestros más importantes de las emociones de sus niños, si enseñamos a los niños a vivir sus emociones de manera saludable también estaremos enseñándoles a tomar buenas decisiones y formaremos adultos con capacidad de decisión y buen control emocional. A continuación les presento algunas acciones que pueden ayudarnos con esta tarea.
1. Es muy importante fortalecer la imagen que el niño tiene de sí mismo, si un niño piensa que es valioso, amado y capaz, se sentirá bien, lo que facilitará el alcance de metas y reconocimiento de sus logros.
2. Establecer rutinas con tareas, límites claros y consecuencias, le ayudará al niño a sentir estabilidad y a tomar buenas decisiones.
3. Es importante que el niño sepa que sentir enojo, tristeza, frustración y miedo es algo saludable, que puede vivir sus emociones pero que estas no justifican herir a otras personas o a sí mismo. Decirle al niño que no se puede enojar o que los papás tienen una basurita en el ojo cuando los descubre tristes solo le enseña que sentir está mal, lo que puede provocar falta de expresión y control emocional.
4. Hacer una diferenciación clara entre límites y afecto le muestra al niño cuando una conducta es inadecuada. Siempre que se corrija un comportamiento es necesario referirse a la acción y no al niño. Por ejemplo, decir “no has recogido los juguetes, en lugar de eres un flojo».
5. Necesitamos poner consecuencias en estado tranquilo. Las consecuencias necesitan consistir en retirar privilegios como el uso de tecnología, los permisos, juguetes, entre otros. Es muy importante evitar hacerlo con necesidades como el afecto, los alimentos, asistencia a la escuela, vestimenta, etc. de esta forma, podremos poner una consecuencia de acuerdo a la acción del niño y no a lo que estamos sintiendo. Cuando la emoción es muy fuerte, se nubla la razón por lo que nos es difícil pensar con claridad y de acuerdo a los resultados que deseamos obtener.
6. El ejemplo es una de las mejores formas de enseñar a los niños control emocional, si un niño ve a sus padres vivir de manera saludable sus emociones entonces también aprenderá a hacerlo. Por el contrario, si la última opción para que el niño siga una instrucción es con ira, el niño aprenderá que cuando se sienta atrapado es como debe responder.
7. Por último, como se mencionó al inicio del artículo los padres son los maestros de emociones de sus hijos, por lo tanto, es muy importante cuidar su propia salud emocional, ya que si ustedes se encuentran bien será mucho más sencillo enseñarle a los niños a pensar, vivir sus emociones y tomar decisiones de manera saludable.
A continuación dos lecturas recomendadas para ampliar el conocimiento sobre control emocional:
Lectura recomendada para padres:
«Cómo poner límites a los niños sin dañarlos» de María Angélica Verduzco Álvarez Icaza.
Para leer a los niños:
«Hielito Flis y las emociones» de Guadalupe Aguilar y Kubli & Giannina Canale Aguilar.