Al hablar de autoestima nos referimos a la percepción que tenemos de que somos capaces de enfrentarnos a los desafíos de la vida, de aprender y de tomar decisiones. Implica el respeto por uno mismo, por nuestras emociones y pensamientos, así como el reconocimiento de nuestras habilidades, cualidades y logros, además de la confianza de que somos dignos de felicidad. Cuando una persona carece de confianza y de respeto en sí mismo considerándose o sintiéndose incompetentes para enfrentar los desafíos de la vida, se ve afectada su autoestima lo que puede disminuir nuestra resistencia frente a las adversidades de la vida y obstaculizar el desarrollo de nuestro potencial. Por lo tanto, es de vital importancia el trabajo para fortalecer nuestra autoestima. A continuación, les dejo un cuento que utilizo en mi consulta para el trabajo con autoestima y que pueden leer para sí mismos, para algún amigo, familiar cercano o incluso para sus niños.
“El espejo mágico”
Había una vez en un reino muy lejano un rey que adoraba a su hija, desde que nació cuido de ella y le dio todo su amor, cuando la princesa tenía algún problema o algo no salía como ella hubiese querido se ponía muy triste e incluso había ocasiones en las que la emoción era tan intensa que dudaba de sí misma centrándose sólo en lo que había salido mal. Cuando esto pasaba, el rey le recordaba todo lo bueno que ella tenía y le explicaba que todas las personas se equivocaban y que algunas cosas nos saldrían bien y otras no, ya que todos los seres humanos teníamos distintas cualidades y capacidades. La princesa se quedaba tranquila y aprendía de sus errores, su padre era un gran apoyo para ella. Cuando la princesa ya era mayor conoció a un apuesto príncipe de otro reino y decidió casarse con él. El día de la boda se acercaba y el rey no sabía qué regalarle a su hija, quería darle algo muy especial que la hiciera recordar, en momentos difíciles, todas las cualidades y las capacidades que ella tenía. Al rey se le ocurrió una magnífica idea, y mandó hacer un espejo mágico para su princesa, el espejo era tan poderoso que cuando la princesa se sumía en la emoción y olvidaba todo lo bueno que tenía, el espejo se lo recordaba y utilizaba la voz de su padre.
Cuando la princesa ya estaba casada, un día quiso hornearle un pastel a su esposo pero el pastel se quemó, entonces la princesa lloró desconsoladamente, ella pensó que era una mala esposa y la peor cocinera del mundo entonces el espejo le dijo: – “es cierto, el pastel se quemó, pero recuerda que tú nunca habías cocinado, y cuando aprendemos algo nuevo a veces no sale a la primera, además eso no significa que seas una mala esposa, tú tienes muchas otras cualidades, por ejemplo; eres muy amable y sabes escuchar, apoyas al príncipe cuando lo necesita y eres amorosa con las personas”, entonces la princesa se tranquilizó y dijo para sí misma: -¡es verdad, no es posible tener éxito siempre en todo lo que me proponga!. Al pasar de los años la princesa fue aprendiendo tanto que incluso cuando el espejo se cayó por accidente y se rompió. La princesa seguía escuchando su voz cuando tenía una dificultad, con el tiempo se dio cuenta de que esa voz venía de su corazón.
Actividad para fortalecer nuestra autoestima o la de nuestros hijos:
- Imprime una hoja con la imagen de un espejo (también se puede dibujar).
- Escribe dentro del espejo frases que te recuerden todas tus cualidades, habilidades, logros o metas alcanzadas y las personas con las que cuentas (puedes agregar frases que te han dicho personas importantes para ti y que te hagan sentir bien, también puedes preguntar a tus amigos, familiares o personas que te quieran, qué cualidades y habilidades miran en ti).
- Pegar el espejo en un lugar visible y leerlo cada vez que se este pasando por algún momento difícil o por cualquier razón, se nos olvide todo lo bueno con lo que contamos.