El miedo es una emoción fundamental para la supervivencia humana pues funciona como una alarma que se activa cuando hay peligro y nos pone en un estado de “alerta”, este estado, nos impulsa a dos conductas protectoras: Huir o pelear, ambas nos ayudan a cuidar de nuestra persona. Un ejemplo de esto en la vida cotidiana es cuando cruzaremos una calle, el miedo nos advierte que tengamos precaución y nos impulsa a detenernos un momento para fijarnos si viene auto y decidir así el momento adecuado para cruzar la calle. Si ya estamos cruzándola y vemos venir un auto muy rápido la alarma se activa y nos dice: – ¡corre! Lo que puede salvar nuestras vidas. Sin embargo, es muy importante saber que si el miedo es excesivamente grande puede paralizarnos y es aquí donde se anula su función protectora y nos pone en peligro.
Imagina que necesitas cruzar esa calle, pero el miedo es tan grande que dispara pensamientos catastróficos como: “y si cruzo y aparece un auto a toda velocidad” “y si no lo veo, pero sale uno y me atropella” “y si…”, y así seguimos imaginando los peores escenarios, mismos que nos pudieran impedir cruzar y generar que nos quedemos ahí indefinidamente aun cuando no venga ningún auto cerca. Ahora, imaginemos que ya estamos cruzando y viene un auto, si el miedo es muy grande y nos paraliza en lugar de alimentarnos a correr y protegernos nos impediría hacerlo y es ahí donde nuestra vida pudiera entrar en un gran peligro. Es importante que sepas que tanto en situaciones nuevas como en acontecimientos que pudieran representar un peligro es totalmente normal y aceptable sentir miedo, esto indica que nuestra alarma funciona bien. Sin embargo, es sumamente importante aprender a identificarlo y saber cómo funciona para poder así utilizar esta alarma a nuestro favor.
Si eres una de las muchas personas que ha sentido miedo al escuchar hablar del coronavirus o COVID-19 ¡Felicidades! tu alarma está funcionando correctamente. Pues esta noticia es algo nuevo que pudiera representa un peligro para nuestra salud y la de nuestros seres queridos, además nos tomó por sorpresa, ya que es algo totalmente inesperado que cumple con los dos factores naturales de activación del miedo. Recuerda que el miedo es nuestra alarma y está encendida para que tomemos precauciones y nos cuidemos. Es imprescindible tomar en cuenta que, si permitimos que se haga muy grande, pude paralizarnos, anular la función protectora y robar nuestra tranquilidad. A continuación, les dejo algunas recomendaciones para mantener la calma y nuestra salud emocional en esta cuarentena:
Cuida tus pensamientos:
El miedo puede venir acompañado de pensamientos catastróficos que significa ponernos en el peor escenario posible, lo que produce malestar emocional general, ansiedad y desmotivación que puede afectar nuestra forma de actuar y de tomar decisiones. Una manera efectiva de cuidarlos, es evitar noticias falsas, notas, imágenes o videos amarillistas que alimenten el malestar. Buscar estos recursos es como ponerle gasolina al fuego, solo aumenta los pensamientos negativos.
Consulta fuentes confiables:
Estar informados es importante para poder tomar medidas de cuidado y precaución. Hacer lo que esté en nuestras manos, para cuidar nuestra salud y con esto, la de nuestros seres queridos; lo cual nos proporcionará un poco más de tranquilidad.
Alimentate sanamente:
Al estar tanto tiempo en casa es posible que imaginemos que el refrigerador nos guiñé el ojo y nos resulté muy tentador estar cumpliendo todos nuestros antojos, sin embargo, es importante tomar en cuenta que para mantener una buena salud emocional también es fundamental la salud física. Veamos esta cuarentena como un pretexto para aprender cosas nuevas, incluyendo el aprender a comer sanamente. Una forma de hacerlo, es mantener horarios de alimentación e incluir refrigerios saludables a tu día y el de tu familia.
Mantenernos ocupados:
Para mantener nuestra salud emocional es imprescindible sentirnos productivos, por lo que establecer rutinas en casa será de gran utilidad. Algunas actividades que se pudieran llevar a cabo son: poner horarios para hacer ejercicio en el hogar, leer, ver películas, jugar con los niños, sacar los juegos de mesa arrumbados, escribir, preparar alimentos nuevos o que disfrutas, dibujar, hacer proyectos así como cualquier actividad que te produzca satisfacción y bienestar.
El psicólogo Viktor Frankl, fundador de la Logoterapia (terapia centrada en el sentido de vida) y sobreviviente del aprisionamiento en diversos campos de concentración durante la Segunda Guerra Mundial, expresó: “Cuando la situación es buena, disfrútala. Cuando la situación es mala, transfórmala. Cuando la situación no puede ser transformada, transfórmate”.
Transformemos nuestra forma de pensar y de actuar en esta contingencia. Tomando en cuenta que en estos momentos guardar distancia física (pero no emocional) es un gran acto de amor que nos ayuda a cuidar de nuestra persona y de los demás, sigamos las recomendaciones con tranquilidad y estaremos poniendo nuestro granito de arena. Dios los bendiga, guarde y fortalezca.