Al buscar el significado de felicidad encontré que distintos diccionarios coinciden en que esta bella palabra se refiere a un “estado de ánimo de la persona que se siente plenamente satisfecha por gozar de lo que desea o por disfrutar de algo bueno”. Se han escrito muchísimas cosas sobre la felicidad. Desde el principio de los tiempos los hombres y mujeres nos hemos preguntado qué es la felicidad y, sobre todo, como podemos lograrla. Se han escrito muchos versos y reflexiones sobre este valor humano, sin embargo, en esta ocasión pretendo compartirles desde mi propia experiencia algunas de las cosas que he aprendido y que me han ayudado a encontrar felicidad.
La felicidad es un valor: Cuando hablo de valor me refiero a algo que los seres humanos queremos alcanzar por lo que se convierte en un motor o impulso que nos motiva a en la búsqueda de lo que cada persona considera importante para sí mismo, esto quiere decir, que todas las personas poseemos valores distintos y dependiendo de estos, son las motivaciones que tenemos y por las que trabajamos. Por ejemplo: algunos valores son el amor, la familia, la economía, la independencia, la educación, entre otros. Si una persona tiene como valor primordial la economía, entonces, trabajará y hará un plan para tener una economía estable. Quienes tienen como valor principal la familia, buscarán la forma de pasar tiempo y realizar actividades que nutran este valor y así progresivamente con cada uno de ellos. Por lo tanto, un valor no es algo que alcancemos, más bien, seria algo por lo que estamos en constante movimiento y lucha. Creo yo que la felicidad esta precisamente en ir disfrutando de los pasos que damos para alcanzar estos valores, así como de cada meta que alcancemos. Entonces si la felicidad es un valor importante para nosotros, nos sentiremos satisfechos con cada logro que tengamos.
Alcanzar la felicidad no significa estar felices absolutamente todo el tiempo. Una persona feliz también puede sentir tristeza, enojo, confusión, miedo, ansiedad y muchas otras emociones. Ser feliz se trata de aprender a disfrutar de los buenos momentos y lo que para nuestra propia persona es importante, pero esto no quiere decir que tengamos que estar en este estado todo el tiempo. Pues una persona feliz también tiene permitido aceptar como validas cada una de sus emociones y vivirlas de forma aceptable para sí misma.
Evitar pensar que todo tiene que salir como deseamos y que, si no es así, entonces es injusto. Es importante tener claro que resulta imposible obtener éxito en absolutamente todo lo que nos propongamos, por lo que habrá ocasiones en que las cosas no resulten como las teníamos planeadas o como nos hubiera gustado que pasaran. Podemos hacer todo lo que esta en nuestras manos para alcanzar nuestras metas y entablar relaciones con personas que queremos. Sin embargo, en algunas ocasiones el resultado no depende solamente de nosotros. Por ejemplo, yo puedo intentar hacerme amiga de una persona que me agrada; saludar amablemente, darle detalles, invitarla a salir y hacer todo lo que este en mis manos para entablar una relación, sin embargo, también es importante que la otra persona desee ser mi amiga para lograrlo. Cuando entiendo que he hecho todo lo que esta en mis manos pero que el resultado también dependía de otros factores, podré sentir tristeza por no lograr mi cometido, pero también podré seguir adelante e intentar establecer amistad con alguien más o una meta nueva. El pensamiento de que las cosas tienen que ser forzosamente como las habíamos planeado genera frustración, agotamiento y desesperación.
Tratar de actuar en estado tranquilo. Cuando lo hacemos de esta manera podemos pensar con claridad y tomar decisiones de acuerdo a lo que es importante para nosotros, por el contrario, si nos dejamos llevar por las emociones, podemos actuar en contra de nuestras propias convicciones y de lo que queremos realmente lo que pudiera generar arrepentimiento, malestar emocional y culpa.
Evitar hacer cosas solo para generar felicidad en los demás. En algunas ocasiones creemos que si hacemos felices a quienes nos importan entonces nosotros seremos felices, pero es importante entender que para poder hacer cosas que brinden felicidad a los demás, necesitamos estar bien con ello. Si somos felices entonces podremos compartir esta felicidad con aquellos que queremos.
Para finalizar me gustaría resaltar algo sumamente importante y esto es que la felicidad es una responsabilidad individual. Lo que significa que cada persona es responsable su propia felicidad pues somos nosotros mismos quienes mejor conocemos nuestras motivaciones y valores. Imaginemos a la felicidad como una luciérnaga que duerme dentro de nosotros y que despierta cada vez que hacemos cosas que nos gustan; cuando disfrutamos de la compañía de nuestros seres queridos, o de alguna actividad ya sea en nuestra propia intimidad o acompañados, así como cuando alcanzamos metas. En conclusión, la responsabilidad de despertar la felicidad pertenece a cada uno de nosotros. Deseo que este artículo contribuya de alguna forma en este proceso de alcanzar o despertar su propia felicidad. Dios los Bendiga y guíe sus caminos.